La Silla Rota 6. 06.2024
Escribo este editorial el 3 de junio a las 19;15 después de haber tratado de escuchar el domingo, a Guadalupe Taddei dando las cifras del conteo rápido. No resistí y me fui a dormir. Mi perplejidad ya estaba agotada al escuchar a Mario Delgado decir, casi inmediatamente después del cierre de las casillas, que Claudia había ganado la elección con más del doble de votos. TELEVISA y las empresas de las encuestas de salida, seguramente contratadas por Morena, comprobaron el dicho de Delgado.
El día de hoy mi perplejidad se elevó con la información de que Morena y su coalición de partidos impresentables y rémoras, habían obtenido mayoría calificada en las dos cámaras, la de senadores y la de diputados, lo que les permitirá cambiar la Constitución.
Además, está la confirmación en el PREP de que con el 92.8% de las actas contabilizadas hasta esa hora del día 3, Claudia había recibido 33 millones de votos y Xóchitl sólo15.5 millones.
Me enteré de que habían ganado en Veracruz, después de un gobierno abusivo y represor, en Morelos que sufrió con un gobernador incapaz y un crecimiento del control territorial del crimen organizado, en Yucatán con una población altamente politizada y con un candidato de baja calidad, en Ciudad de México con una diferencia de alrededor de 10 puntos entre Clara Brugada y Santiago Taboada.
Estos resultados no son compatibles con la crisis de violencias que vivimos, ni en materia de salud y de migración; ni por la destrucción de capacidades institucionales y del servicio púbico; de repetidos fiascos en materia internacional; de la creciente militarización, de la falta de transparencia en el destino de los recursos públicos, de la destrucción del medio ambiente y de otras más que ya han sido compartidas por diversas personas en las redes y en los medios.
No refleja tampoco lo que viví semanas antes de la elección. Encontré a pocas personas que me hablaran bien de la 4T. Se quejaban de no encontrar sus medicamentos, de haber perdido a algún familiar en la pandemia por negligencia, del deplorable estado de los elevadores en Siglo XXI y en el hospital Gabriel Mancera o de la falta de insumos para continuar sus investigaciones o para llevar a cabo cirugías; de una pareja de maestros que perdió todo su patrimonio en el huracán de Acapulco; del cobro de piso, o la decisión de una familia de irse del país; de la reclusión de una joven por la corrupción en la fiscalía de la Ciudad de México y por la ampliación de motivos para la prisión preventiva.
Para mi sorpresa, por primera vez frente a una elección presidencial, me encontré con varios amigos y familiares, radicados fuera del país, que vinieron sólo para votar.
Lo que más me sorprendió fue que según el INE sólo participó el 60% de la lista nominal. ¿Y las larguísimas colas? ¿Y las horas de espera? ¿Y las mareas rosas en todo el país?
Creo que se les pasó la mano con los resultados que difundieron.