Mi relación con El Colegio el México.

Clara Jusidman

Aniversario 60 del Centro de Estudios Económicos del COLMEX.

23 de agosto 2024

Mi vínculo con El Colegio de México se origina en un trabajo previo con el Sr. Víctor Urquidi.

En 1963 entré como asistente de investigación, a un proyecto auspiciado por el Banco de México y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos para realizar proyecciones de la demanda y oferta de maíz y frijol de México a los años 1970 y 1975.

Como consejeros del proyecto estaban el Sr. Urquidi que por entonces tenía una oficina en la Torre Latinoamericana. Los otros dos consejeros eran Leopoldo Solís, reconocido economista y el Ingeniero Emilio Alanís Patiño apreciado en el gremio de ingenieros agrónomos, ambos funcionarios del Banco de México.

Como base del proyecto se llevó a cabo en 1963, la primera encuesta de ingreso gasto en México a cargo del Dr. José Nieto de Pascual, pionero en el uso de encuestas por muestreo en nuestro país.

Al término del proyecto en 1964, Don Víctor nos planteó la opción de integrarnos al El Colegio o al Banco de México.

Como yo había sido considerada como un espécimen raro para integrarme al personal del Banco de México, que fue mi intención original en 1963, y además, me negaba a que me pusieran el sello de “propiedad del Banco” como hacían con los ejemplares del periódico Excelsior, opté por incorporarme al COLMEX con el Sr. Urquidi.

Llegué en 1964 a una oficina que le habían puesto al Sr. Urquidi en la calle de Querétaro, junto con dos brillantes economistas Luis Cosío quien lamentablemente falleció a muy temprana edad y Sergio Ghigliazza que había sido mi profesor y trabajaba en la oficina técnica del Banco de México. Dominaban en ese entonces la economía del país y la administración pública una generación de economistas keynesianos, muchos formados en la Universidad de Yale.

Entré como auxiliar de investigación en apoyo de Don Víctor para aplicar la metodología del Proyecto Regional del Mediterráneo, desarrollada para hacer proyecciones sobre las necesidades de recursos humanos. El objetivo era orientar a las instituciones de educación superior sobre el tipo de carreras que serían demandadas frente a la previsible evolución de la economía del país.

La metodología implicaba contar con proyecciones de matrices de insumo-producto para estimar el crecimiento y composición sectorial de la economía. La tarea, encomendada al Banco de México, nunca se pudo concretar.

A mí me tocó extraer, de una muestra del uno por ciento del Censo de Población de 1960, en colaboración con la Dirección General de Estadística, las estructuras ocupacionales de las diferentes actividades económicas, al mayor detalle posible. El COLMEX no contaba con un centro de cómputo.

En 1964 estaba por iniciarse la Maestría en Demografía que según recuerdo fue diseñada por la Srita. Consuelo Meyer. Decidí no entrar a la maestría porque que me gustaba el trabajo que estaba realizando.

En esos años el ambiente en el CEED estaba dominado por los demógrafos, aprendí por ósmosis algo de demografía de buenos amigos y maestros como Pepe Morelos, Gustavo Cabrera y Raúl Benítez Centeno, pioneros de esa disciplina en México. Empecé a convertirme en una especie de experta en los estudios sobre las actividades económicas de la población.

Para 1966 Don Víctor al ser nombrado presidente de El Colegio ya se había cambiado al edificio de Guanajuato. Yo pasé a compartir una oficina en ese edificio con otro investigador.

Me apasioné por el estudio del tema del empleo por ser el espacio de encuentro de la economía con la población y con sus oportunidades para obtener ingresos.

En complejo y crucial año de 1968 impartí un curso de microeconomía a los estudiantes de la maestría de historia del COLMEX. Ahí me convencí que no me gustaba la economía ni tampoco dar clases. Cerré de por vida, mi participación en la docencia.

Fue el año en que balacearon la oficina del Sr. Urquidi en el primer piso del edificio de Guanajuato. El Sr. Arriaga, el conserje, estaba en ese momento en la oficina de Don Víctor y se agachó oportunamente.

En El Colegio, se generó un movimiento de estudiantes que asistió a la plaza de Tlatelolco en apoyo al movimiento. También se formó un grupo de profesores contarios a éste. Había un desagradable clima de confrontación.

En 1969 la Dirección General de Estadística invitó al COLMEX a participar en los trabajos de preparación del Censo de Población de 1970. Eduardo Cordero (+), demógrafo formado en El Colegio y yo fuimos designados para colaborar bajo la coordinación del Profesor Jorge Arévalo de CELADE que cumplía una estadía temporal en el Colmex.

Terminamos asumiendo la elaboración del cuestionario, de los instructivos y de las clasificaciones necesarias para captar la información. Hicimos un cambio sustantivo a los instrumentos que habían sido utilizados en los censos previos. Yo tuve oportunidad de actualizar todo lo relativo a la captación de las actividades económicas de la población.

Como cierre de nuestra colaboración, organicé un proyecto de observación del levantamiento del Censo con los alumnos de la maestría en demografía. Para organizarla me tocó correr por varios aeropuertos embarazada y jalando a mis dos pequeñas hijas. Creo que para muchos estudiantes observar el trabajo de los empadronadores ciudadanos en campo se convirtió en una gran experiencia.

Al regresar a El Colegio después de dar a luz a mi hijo, que nació 15 días después del levantamiento del Censo, creo que permanecí uno o dos años más sin encontrar mi sitio y también concluir, que la investigación no era lo mío.

En 1973 dejé El Colegio me incorporé a la Dirección General de Estadística para establecer la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, la primera encuesta contínua del país, destinada a captar datos sobre población en los períodos intercensales.

Hoy se conoce como la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Es una encuesta que utilizan desde hace años, varios investigadores y especialmente investigadoras, del COLMEX de los diversos centros.

Su establecimiento fue posible gracias a las varias oportunidades que me dio el Sr. Urquidi y el COLMEX. Personalmente escogí el camino de construcción de institucionalidad pública en materia de empleo y salarios.

Para concluir: en El Colegio tuve la oportunidad de ser parte de los primeros egresados de la maestría en demografía. Es la generación a la que pertenezco, conservo hasta ahora amistad con varios investigadores y profesores de esa generación.

Formo parte del Centro Tepoztlán, creado por el Sr. Víctor Urquidi hace casi 45 años para debatir sobre los temas que eran de su interés como gran prospectivista: población, cambio climático, cambio tecnológico, economía, asuntos internacionales. Recién el martes se recordaron los 20 años de su fallecimiento.

Indudablemente seguí un proceso de formación profesional heterodoxo en esta institución y decidí que mi camino no estaba en la docencia, ni en la investigación, sino en el servicio público y posteriormente, en el activismo cívico.