San Ildefonso
2 de mayo de 2024
Agradezco la amable invitación de la Universidad Nacional Autónoma de México para participar en este merecido homenaje a la obra, acción y pensamiento del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, una persona que es ejemplo del buen y del bien hacer en la historia de nuestro país.
Me corresponde hablar sobre su participación y legado en la lucha por la democracia en nuestro país, lamentablemente inconclusa como una democracia progresista, tal como él la ha planteado, y que se encuentra en grave riesgo de retroceder, aún en sus precarios, lentos y costosos avances como democracia representativa.
Para exponer el importante aporte del Ingeniero en materia de democracia quisiera abordarla desde mis personales acercamientos a su trayectoria como promotor de instrumentos y enfoques en la gestión de lo público y en los últimos años, su liderazgo para promover y exigir la construcción y aplicación de un proyecto de nación que surja de la participación y el diálogo entre la diversidad de actores sociales, marque las rutas para superar las diversas desigualdades; restaure, profundice y actualice un sistema electoral representativo al borde del colapso; recupere la soberanía en la gestión de nuestros recursos naturales, en especial en el campo energético; reduzca el extractivismo que está teniendo efectos irreversibles en el medio ambiente y enfrente con fuerzas civiles debidamente dignificadas, capacitadas, equipadas y con apoyo de inteligencia de investigación, la creciente violencia que agobia al país.
A riesgo de que Javier Garciadiego me repruebe, quisiera hacer un relato un tanto histórico de mi relación y admiración del trabajo silencioso, sostenido, ético y fundamental del Ingeniero Cárdenas como constructor de una democracia y un proyecto progresista en nuestro país, congruente con su profesional original.
Conocí al Ingeniero Cárdenas a finales de la década de los años setenta del siglo pasado como Subsecretario Forestal y de la Fauna cuando siendo Directora General del Empleo le fuimos a proponer un proyecto de reforestación para la producción de papel y la generación de empleo. Ello como parte del propósito del entonces presidente de la república, José López Portillo, de utilizar los ingresos extraordinarios derivados de los recientes descubrimientos petroleros para enfrentar el aumento del desempleo que venía ocurriendo en México y en el mundo.
Posteriormente, lo busqué de nuevo como Gobernador de Michoacán para proponerle echar a andar los Servicios de Empleo locales con recursos federales.
Para mi generación de economistas el Ingeniero representaba un importante promotor de la planeación del desarrollo como presidente de la Sociedad Mexicana de Planificación que, creada en 1961, fue precursora y promotora de la oleada de planes de desarrollo y de la institucionalización de la planeación urbana a principios de la década de los años ochenta.
No volví a ver personalmente al INGENIERO que, en 1987 junto con un grupo de prominentes priistas con la maestra Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo, iniciaron la gran revuelta en favor de la democracia en el partido de estado. Como consecuencia y ya como Frente Democrático Nacional, postularon al Ingeniero Cárdenas para la presidencia de la República en 1988.
El desaseado proceso de 1988 cimbró por fin al sistema electoral que controlaba y manipulaba la Secretaría de Gobernación. Como resultado tres partidos de izquierda se unieron para constituir el Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero además, desde mi perspectiva se desataron dos procesos importantes para la democracia representativa en el país:
- El Gobierno de Carlos Salinas se vio obligado a depurar, rehacer y garantizar la confianza en el padrón y las listas electorales, modificar y cambiar la estructura y dependencia del sistema electoral mexicano y a iniciar un importante proceso de reformas políticas con la participación de representantes de los partidos políticos.
- En segundo lugar, se motivó el florecimiento y organización del activismo ciudadano que ya había surgido en los sismos de 1985 para hacer frente a la tragedia ante la parálisis de los gobiernos federal y local. En esta ocasión se orientó a impulsar la democracia en el país.
Yo dejé el Gobierno Federal hasta 1991 para incorporarme al activismo ciudadano desde el Acuerdo Nacional por la Democracia (ACUDE). Varios integrantes de ACUDE fuimos a ver la Ingeniero Cárdenas en la calle de Andes como presidente del PRD y, como yo lo percibí en ese momento, casi como fundador de nuestra organización.
No recuerdo si en esa ocasión le pedimos su apoyo para realizar el Plebiscito Ciudadano de 1993 en la Ciudad de México. La idea de llevarlo a cabo había surgido en ACUDE y fue propuesta al Gobierno de la Ciudad, encabezado por Manuel Camacho, por 9 asambleístas de distintos partidos, entre los que se encontraban Demetrio Sodi y Amalia García, integrantes de ACUDE. Solamente el liderazgo del PRD a cargo del Ingeniero, apoyo claramente ese proceso, en tanto que el gobierno del D.F., pretendió apoyarlo, pero evitó su difusión en los medios de comunicación, provocando una baja participación de la población.
El plebiscito buscaba promover la ciudadanía política plena de los habitantes del entonces Distrito Federal. Un logro que se alcanzó hasta la promulgación de la primera Constitución Política de la Ciudad de México, el 5 de febrero de 2017, casi 25 años después. El Ingeniero Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y la Maestra Ifigenia, participaron y promovieron esa importante reivindicación ciudadana hasta lograrla. El Ingeniero, Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez con otras personas de sociedad civil, de la academia y legisladores participamos en el Grupo Redactor del Proyecto de Constitución. Porfirio, Alejandro Encinas, y yo quedamos como diputados constituyentes a propuesta del Jefe de Gobierno. Afortunadamente, también Enrique Provencio entró como diputado por el PRD junto con la Maestra Ifigenia. En todo el proceso que duró un año, se contó con el apoyo constante del grupo de profesionales y expertos amigos que han acompañado al ingeniero en los temas de desarrollo urbano, como Carlos Lavore y Robeto Eibenshutz.
Pero volviendo a la década de los noventa del siglo pasado, el 1º de enero de 1994 ocurre el levantamiento zapatista, tienen lugar dos lamentables asesinatos el de Luis Donaldo Colossio y el de José Francisco Ruiz Massieu y se da la elección presidencial.
El movimiento ciudadano en lucha por la democracia se amplió y consolido ese año:
Primero, creando un cerco de protección de organizaciones ciudadanas al MZLN ante la presencia del ejército que rodeó la zona del levantamiento y obligando al Gobierno a sentarse a dialogar para buscar la paz.
Asimismo, se crea Alianza Cívica, un importante movimiento de organizaciones ciudadanas entre ellas ACUDE, que posponen sus agendas propias y dan prioridad a la realización de un inédito proceso de observación electoral en todo el país.
Finalmente, se desarrollaron las comidas promovidas por el Grupo San Ángel con los candidatos a la presidencia de la República.
Entiendo que el Ingeniero asistió a algunas de esas comidas. Su apoyo al activismo ciudadano siempre se mantuvo debido a su sostenida convicción de que la participación ciudadana es un elemento fundamental de toda auténtica democracia.
Por su parte, los partidos políticos continuaron trabajando con la Secretaría de Gobernación para lograr todas las garantías posibles de que en 1994 no se repetiría lo ocurrido en 1988 y que se pondría en operación un sistema electoral modificado y con un padrón confiable. El PRD jugó un importante papel en ese cambio, promoviendo ideas innovadoras, exigiendo y construyendo mecanismos que aseguraran la calidad y certeza del proceso electoral.
Quisiera aprovechar también esta oportunidad para honrar la memoria del Dr. Jorge Carpizo, exrector de esta Universidad, que como Secretario de Gobernación asumió un papel fundamental para garantizar que el proceso electoral de 1994, en el que por segunda ocasión participaba el Ingeniero Cárdenas como candidato de las izquierdas, se desarrollaría de manera limpia, confiable, con una organización impecable, supervisado por observadores nacionales e internacionales y con resultados prontos al incorporar la modalidad de conteos rápidos de los votos.
Una vez realizada la elección como resultado de la importante Reforma Política de 1996 y 1997, el Instituto Federal Electoral “cuidadanizado” pasó a hacerse cargo de la organización del proceso de las elecciones intermedias de 1997.
En esas elecciones, por primera vez, a casi 700 años de la creación de la Ciudad de México, la ciudadanía del Distrito Federal eligió a su primer jefe de gobierno. Para nuestra fortuna, resultó electo el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, terminando con una subordinación de la Ciudad a los poderes federales controlados por el PRI a lo largo de casi 70 años. Los gobiernos de ese partido habían ido perdiendo la orientación social definida en la Constitución del 1917 en favor del mercado y la acumulación privada.
Yo me incorporé a petición del nuevo consejo del IFE, como directora del Registro Federal Electoral para apoyar la confianza en las nuevas herramientas, normas y estructuras electorales. Duré solamente nueve meses en el cargo pues no estuve de acuerdo con la actitud del Consejo General de IFE que empezaba a dar prioridad a los deseos de los partidos políticos por sobre la protección de la información que nos brindaban los ciudadanos.
Al regresar de un viaje con mi familia, me encontré con una llamada del Ingeniero Cárdenas. Realmente yo no lo conocía personalmente. Para mi alegría, me ofreció la Secretaría de Educación, Salud y Desarrollo Social del Gobierno de la Ciudad de México.
En el gobierno de la Ciudad tuvimos que construir, nuevamente como tarea de ingenieros, una estructura institucional que, por haber sido un Departamento del Gobierno Federal, era casi inexistente o superficial. Nos encontramos, además, con dos descentralizaciones inconclusas, las de salud y las del DIF nacional, con una deuda enorme de los gobiernos anteriores, con un personal desanimado y mal acostumbrado y con un gobierno y un congreso federales resentidos por la pérdida de control de la ciudad más importante del país.
Bajo la acertada, paciente y respetuosa dirección del Ingeniero Cárdenas construimos el edificio institucional que ha permitido gobernar la Ciudad a los siguientes cuatro gobiernos de la izquierda.
En los últimos quince años he acompañado el afán del Ingeniero por recuperar un proyecto de nación que se preocupe y ocupe de las personas, que cierre las brechas económicas, sociales y de género, que rescate nuestra soberanía energética y alimentaria, desarrolle y recupere nuestra democracia, combata con eficacia las violencias, acabe con la discriminación y maltrato a los pueblos originarios y reconstruya las capacidades del Estado para ofrecer bienes públicos de calidad en materia educativa, de salud y de protección social.
Seguramente en este homenaje en las siguientes intervenciones hablarán de las iniciativas y trabajos convocados por el Ingeniero Cárdenas de Por México Hoy, de la Fundación para la Democracia y del Grupo Nuevo Curso de Desarrollo.
Mi agradecimiento profundo al Ingeniero Cárdenas por su incansable labor para hacer de nuestro país una nación digna, justa y próspera.