“¿Qué opinión te merece la militarización de México, durante el gobierno del presidente López Obrador, el superempoderamiento que les concedió a las Fuerzas Armadas y el hecho de que las haya exonerado de toda culpa en la matanza del 68 y en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa?”

Me parece que López Obrador se percató de que durante su gobierno le sería imposible reducir los niveles de inseguridad que ya prevalecían en el país. Decidió sacar la seguridad como una de sus prioridades y dejar su atención en manos del ejército. Por precaución, limito las intervenciones de este y de la Guardia Nacional con su frase “abrazos y no balazos” para no correr el riesgo de tener que enfrentar políticamente masacres responsabilidad de las fuerzas armadas.

Es decir, evitó el costo político que le representaría no tener avances en materia de seguridad y dejó que el ejército cargara con la responsabilidad. Igual hizo con la pandemia, utilizando como escudo a López Gatel. Este fue el que quedó como culpable de la desastrosa respuesta del gobierno y de los efectos acrecentados de la pandemia en México.

El superempoderamiento del ejército, la cancelación de los trabajos y el maltrato a los espcecialistas de la Comisión relacionada con la Guerra Sucia, y la reducción del número de militares que resultaron involucrados en la desaparición de los 43 estudiantes, que entiendo eran más de 80 y se redujo a sólo 21, forma parte de las negociaciones de AMLO con el ejército para que aceptaran cargar con la inexistente estrategia de seguridad en el país.

Por el tipo de funcionarios que ha elegido para encargarse de la seguridad nacional y de la procuración de justicia, por el trato que ha dado a las víctimas entre ellas los padres de los estudiantes, así como a los expertos del GIEI, al fiscal del caso Ayotzinapa, a la Comisión para investigar la Guerra Sucia, me parece que no tiene el más mínimos interés y compromiso por la verdad, la justicia y la reparación del daño para los cientos de miles de víctimas que hay en el país, ni para evitar que el territorio quede crecientemente en manos de las bandas delincuenciales.

Tampoco le interesan los efectos que ese empoderamiento del ejército y del crimen organizado tendrá para el futuro de la sociedad nacional. Su mirada es de corto plazo desde el punto de vista político. No mira al futuro, excepto en su deseo de mantener el poder y cambiar la mentalidad de la población que considera ha estado subordinada a las élites. Si el ejército le sirve a eso, lo usa como instrumento. Su  reiterada referencia a los gobiernos pasados como culpables de lo que ocurre a cinco años de su presidencia, es una fórmula más que le ha servido para engañar a la población que difícilmente tiene tiempo para acceder a la información y para analizarla.

Su interés real es que la militarización, la inseguridad creciente y el evidente fracaso para enfrentarla, no lo afecte políticamente.

Sus reacciones y acciones muestran una carencia total de humanidad y de empatía con las víctimas. Nada lo toca, excepto aquello que logra vulnerar su profundo deseo de poder.

Clara Jusidman      13 de diciembre de 2023.