1994 fue un año particularmente importante y agitado para el activismo cívico en México que empezaba a hacerse más visible y articulado en esa década, tanto mediante el surgimiento de nuevas organizaciones civiles como de movimientos y movilizaciones y a través de lapromoción de agendas comunes.
Una primera e importante manifestación de este nuevo fenómeno social fue el movimiento civil generado a raíz del levantamiento zapatista del 1° de enero de 1994. Participaron organizaciones ciudadanas de todo el país para impedir una respuesta militar violenta del gobierno en contra del levantamiento indígena, inicialmente pronunciándose en los medios de comunicación en contra de ese tipo de respuesta y después organizando el 12 de enero en Chiapas un cerco civil entre el ejército y las fuerzas rebeldes del zapatismo con la participación de miles de personas de orígenes muy diversos. Ciudadanos independientes y organizaciones civiles continuaron brindando un acompañamiento a la rebelión indígena en todo el proceso de diálogo con el gobierno, en la difusión pública amplia de la situación en la zona evitando un cerco de silencio, así como en la construcción de las nuevas formas de gobierno que adoptaron los grupos indígenas.
Una segunda expresión del activismo cívico que afloró en 1994 se dio en torno la agenda por el cambio democrático que se concreto con la creación de Alianza Cívica a partirdel acuerdo y articulación de siete organizaciones con perfiles ideológicos distintos. La red inicial realizó una amplia convocatoria a organizaciones en todo el país algunas de las cuales ya estaban trabajando en articuladas como Convergencia de Organismos Civiles y el Movimiento Ciudadano por la Democracia. La movilización civil generada a partir de Alianza Cívica esencialmente para llevar a cabo un amplio y organizado proceso de observación de las elecciones federales de ese año, permitió la participación de miles de ciudadanos de todas las edades, de todos los orígenes sociales, niveles académicos y especialidadescuyas vidas quedaron marcadas por esa experiencia y que han continuado promoviendo la participación ciudadana en muy diversos ámbitos.
Como integrante de la Coordinación Nacional de Alianza Cívica decidí participar en 1994 en dos procesos para contribuir al cambio democrático y a la lucha por la reivindicación de los derechos civiles, políticos y sociales de la población. Por una parte, me tocó encabezar la brigada de integrantes de Alianza Cívica que acudió a observar la realización de las elecciones en la zona zapatista a petición expresa del EZLN y por otra, acepté la invitación para participar en el grupo técnico que daría seguimiento a la auditoría del Padrón Electoral que la Secretaría de Gobernación y en particular el Dr. Jorge Carpizo como Secretario de esta, decidió organizar.
No tengo conocimientos estadísticos o en informática comparables con los de los otros integrantes del Grupo Técnico, pero tenía la experiencia de haber montado y participado en algunos sistemas de producción de información estadística como los Censos de Población de 1960 y 1970, el inicio de la actual Encuesta Nacional de Empleo y Ocupación y de una de las primeras encuestas de ingreso gasto realizadas en México en 1963.
Además por mi participación previa en experiencias ciudadanas de observación electoral,mi contribución al grupo técnico consistió en aportar información sobre las dudas que las organizaciones civiles tenían en torno a la calidad del padrón y de las listas de electores. Varios amigos de las OSC se habían formado haciendo revisiones cuidadosas de las listas de electores y conocían dónde estaban los problemas. De manera que aporté al grupo la histórica suspicacia de los ciudadanos sobre la calidad del Padrón Electoral y algunas sugerencias sobre metodologías de verificación por medio de ejercicios en campo o comparativos de archivos electrónicos.
Recuerdo que parte de la diversión de participar en este ejercicio consistía precisamente en tratar de sorprender a los equipos técnicos del Registro Federal de Electores solicitándoles de manera sorpresiva pruebas que desarrollábamos sin darles tiempo para realizar manipulaciones previas a fin de obtener buenos resultados.
Personalmente, quedé convencida de que el Gobierno realmente se había hecho el propósito de lograr un Padrón Electoral creíble y confiable y otorgar a partir de éste credenciales de muy difícil falsificacióna los ciudadanos. Como todo lo que ha pasado en materia de organización de elecciones en México, finalmente se había logrado remontar a un costo altísimo la tradicional desconfianza en uno de los instrumentos más importantes en los procesos electorales.
Es de reconocerse el trabajo realizado por los funcionarios del RFE que acometieron la enorme tarea de meter orden y dar credibilidad a las listas de electores a principios de la década de los noventa. La elección de 1994 fue la primera en contar con un Padrón Electoral confiable, habiendo tenidos partidos políticos amplio acceso al proceso y a los listados resultantes para realizar ellos mismos verificaciones.