25 años de avances y retos de la sociedad civil

¿Cómo describiría el sector hace 25 años?¿Cuál es el principal contraste con el actual?

Para el propósito de aclarar desde dónde es mi mirada respecto de la evolución de la sociedad civil en los últimos 25 años quisiera señalar que sociedad civil que no es lo mismo que sector filantrópico. Esta incluye a otros sectores organizados de la población como son los clubes y organizaciones deportivas, asociaciones de ciudadanos, clubes sociales, grupos religiosos, sindicatos, colegios profesionales, organizaciones barriales o comunitarias. Se trata de la diversidad de personas que actúan generalmente de manera colectiva para tomar decisiones en el ámbito público que conciernen a todo ciudadano fuera de las estructuras gubernamentales..

Es decir la sociedad civil mexicana podría dividirse al menos en tres grupos:

Aquellas personas que se organizan para ayuda a terceros sin fines de lucro que considero es el sector de la filantropía.

Aquellas personas que se organizan para defender derechos y actuar en el campo de lo público, sin ánimo de lucro personal ni buscar el poder político. (Muchas veces este tipo de organizaciones fungen como mediadores entre los individuos y el Estado como señalaba Tocqueville)

Un tercer grupo estaría constituido por las organizaciones de personas que promueven o satisfacen sus propios intereses, derechos o ideologías: sindicatos, organizaciones religiosas, clubes sociales y deportivos.

Sector filantrópico.

Me parece que en 1988 si bien había una variedad de organizaciones que prestaban servicios de asistencia privada o de fundaciones que financiaban a estas aún no se hablaba de sociedad civil ni de organizaciones no gubernamentales. Los orígenes de las instituciones y de las fundaciones filantrópicas en algunos casos se remontan a la Época de la Colonia como son los Montepíos. Con recursos de patronos o de la iglesia católica en su mayoría, en todo el territorio nacional operaban y aún operan instituciones que asumen el cuidado y la atención de grupos vulnerabilizados por su condición económica, edad o situación de salud física o mental. Brindan alojamiento, alimentación, servicios de salud y servicios educativos o de capacitación. Algunas han sido vigiladas y obligadas a acogerse a las Juntas o Instituciones de Asistencia privada que operan y continúan operando en varios estados para garantizar que los fondos y los objetivos de las instituciones privadas definidos por sus fundadores no tuvieran un mal uso o se desvirtuaran. Otras aparecían como OR “obras religiosas” a cargo de miembros de la iglesia católica.

La filantropía definida como amor al ser humano suplió al término de “caridad” y se relaciona con el servicio a terceros sin fines de lucro. En estos 25 años mi impresión es que este sector de la sociedad civil, sin duda el más grande y el más poderoso económicamente ha continuado amplíandose, se ha modernizado, profesionalizado, artículado en redes y organizaciones de segundo piso, ha aumentado las fuentes de sus recursos a través de la creación de fundaciones empresariales, con modelos interesantes como es la FECHAC y ahora la FEYAC y ha entrado a acceder a fondos internacionales. Su campo de actuación se ha ampliado para atender nuevas vulnerabilidades como son las adicciones, el VIH Sida, las víctimas de desastres ambientales, entre otros, inclusive han salido a auxiliar a la población de otros países como es el caso de Haiti. Algunas organizaciones de filantropía incluso han entrado al campo de la incidencia en políticas públicas cuando se trata de aquellas leyes, instituciones y programas públicos que se relacionan con las poblaciones que ellas atienden o también para tratar de mejorar el ambiente en el que desarrollan sus propias actividades vía creación de fondos públicos, condiciones fiscales más favorables, profesionalización de sus miembros y trabajadores, investigación, etc.

No es un sector con el que yo esté en contacto permanentemente y tengo dudas sobre el estado que guardan en tres temas que siempre me han interesado: el avance en transparencia y rendición de cuentas, la investigación y la actualización de los modelos de atención a las personas que reciben los servicios del sector filantrópico y la garantía de respeto de los derechos de esas personas.

Entiendo también que el sector filantrópico ha venido a suplir la ausencia de servicios públicos para atender a las poblaciones vulnerabilizadas, ausencia que se ha agudizado en los últimos años por la desestructuración de los gobiernos mexicanos.

Organizaciones que promueven y defienden derechos.

El ámbito de sociedad civil en el que yo me muevo y al que considero conocer mejor es el de las organizaciones que defienden derechos de las personas frente a los abusos del Estado y de terceros.

Este sector surgió en condiciones difíciles de existencia cuando el Gobierno Mexicano las consideraba como organizaciones opositoras al régimen. El caso más emblemático son las organizaciones que defienden derechos humanos que fueron acompañadas en la década de los setentas por organizaciones de mujeres y las de lucha por el medio ambiente.

Vistas a 25 años de distancia se ha legitimado y ha dejado de ser perseguidas por los gobiernos de distintos partidos, aunque algunos lo miran con más tolerancia y otros aún le manifiestan una profunda desconfianza e incluso rechazo. Esto se debe a la función que realizan y que esencialmente consiste en defender la vulneración de los derechos humanos de las personas y de diferentes grupos específicos frente a los abusos u omisiones del Estado. En este sector se encuentran las organizaciones que hacen incidencia en política pública.

El desarrollo de este grupo de organizaciones ha tenido luces y sombras a lo largo de los últimos cinco lustros desde varios aspectos:

Logros– Han sido exitosas colocando temas en la agenda pública, en las políticas públicas y en el desarrollo de institucionalidad: democracia, participación ciudadana, derechos humanos, transparencia, acceso a la información y rendición de cuentas, derechos sexuales y reproductivos; derecho a la alimentación; derechos de la infancia y de los jóvenes; medio ambiente, prevención social de las violencias; debido proceso y juicios orales; migrantes. Posiciones progresistas que avanzan en favor de los derechos ciudadanos y de la convivencia.

Articulación. Han logrado establecer redes temáticas profesionales y fuertes y con vínculos y participación en el exterior, pero a veces cae en filopartidismo perdiendo neutralidad y enfrentándose.

Acceso a recursos. Presentan graves problemas en el sostenimiento de sus actividades pues ni hay suficientes fondos públicos para poyar su trabajo, cada vez es menor el flujo de fondos internacionales para algunos temas y los fondos privados nacionales no financian sus actividades ni reconocen la importancia de las mismas. Muchas veces sus agendas tienen que seguir los temas que fijan las entidades financiadoras perdiendo conocimiento y experiencia y de algún modo su identidad temática. A veces surgen conflictos y competencia entre ellas por el acceso a recursos o por el reconocimiento de sus aportes que genera desconfianza.

Interlocución con los poderes del Estado. Con dificultadas y variaciones de acuerdo al origen partidario de los gobiernos y de los funcionarios públicos y legisladores, han logrado entrar al debate legislativo y de políticas públicas. Han adquirido expertise en el cabildeo. Permanentemente presentan innovación, nuevos temas de agenda, hacen pedagogía con los nuevos funcionarios y legisladoras aportando a la continuidad de los temas frente a los cambios de administraciones.

Liderazgos. Presentan dificultades en los cambios de liderazgos de las organizaciones y la trasmisión generacional. Les resulta difícil mantener a las personas formadas por malas condiciones laborales y la búsqueda de mejores sueldos y protección social. Acaban formando cuadros para las instituciones públicas. Eso dificulta la formación de líderes.

Profesionalización. Con dificultades pero buscan profesionalizar a sus miembros y trabajadores aprovechando oportunidades abiertas en las universidades en maestrías profesionalizantes, diplomados, cursos. Algunas nuevas organizaciones surgen con personas con maestrías y doctorados que más bien hacen consultoría desde la plataforma de asociaciones civiles pues también concursan por proyectos de las financiadoras que apoyan a este sector de la SC.

Retos

A pesar de los avances no se ha logrado generar un mejor ambiente en materia de políticas públicas en apoyo a las organizaciones de la sociedad civil y ello las lleva muchas veces a aceptar proyectos que pueden mermar su autonomía y su imagen.

Tienen una baja visibilidad frente a la población y con cada cambio de gobierno tiene que reposicionarse con los nuevos servidores públicos y legisladoras, muchos de los cuales nunca han tenido interacción con OSC. Cada vez hay que empezar de nuevo.

Tienen que encontrar caminos para institucionalizarse mediante la mejoría de las condiciones de trabajo de sus integrantes y la consolidación de sus estructuras y de sus planes de trabajo. Encontrar modalidades de financiamiento de mediano y largo plazo que les permita trascender de sostenerse a partir de proyectos con financiamientos anuales.

Es necesario que participen más en redes internacionales lo que les significa destinar recursos a ello.

Hay un reto de buenas prácticas de transparencia y rendición de cuentas.

Las universidades y centros de estudios superiores tendrían que interactuar más con las OSC en proyectos, en servicios social, en investigación, en generación de información sobre la sociedad civil.

La necesidad de sensibilizar al sector empresarial para apoyar a organizaciones que defienden la agenda de derechos, la democracia, el diálogo y la incidencia en políticas públicas en beneficio de la población.